sábado, 30 de diciembre de 2023

GRACIAS GERMÁN. DESCANSA EN PAZ

 


Haber estado todos juntos, unos físicamente y otros espiritualmente por tareas de trabajo  o temas de familia de estos agitados días de fin de año,  unidos a nuestro hermano GERMÁN ACIARES(Q.E.P.D.), no solo ayer  u hoy, sino en este largo proceso que se inició hace dos años con la muerte de su esposa Mónica Jofré,  nos ha permitido comprender que la “Madrugada” no es solo orar, pedir y rezar y “tomar desayuno” como algo “agregado” por inercia. Eso de ser Madrugadores y unirnos en las “duras” y en las “maduras”, (muerte o asado, ambas extremas pero unidas por la amistad), es parte esencial de la corriente de vida  que hemos decidido llevar y participar todos juntos,  con desaciertos, con afinidades y hasta grandes desacuerdos entre nosotros, pero que se pueden superar solamente con  esa virtud de la tolerancia, pero en esa ingrata  hora de la inevitable partida, deben quedar todas las diferencias olvidadas en el más cercano cesto de basura y  concurrir solamente con ese objetivo espiritual que nos une en torno a nuestra Madre María y a sus amado Hijo, nuestro hermano Jesús, y allí quizás podamos aprender con su ejemplo,  bondad y Misericordia, ser mejores en medio de los acontecimientos de la vida. No somos nada de “buenos”, pero tratamos de serlo;  todos tenemos nuestras trancas y complejos, de los buenos o de los malos,  pero  hemos estado unidos en el dolor, en la  dificultad y también en la alegrías que son casi siempre lo mejor de nuestros encuentros.

            Tengo grabados correos y mensajes con Germán, en los que siempre pidió humildemente oración, compartiendo  sus dudas, inquietudes, dolores y sufrimiento, pero  nunca estuvo solo, en todo instante rezamos en cadena por él, y debemos estar en absoluta  PAZ, que es la misma paz que él vive en estos momentos en este tránsito hacia el Señor de la Creación, y sabemos que él fue un hombre dedicado y entregado a la Iglesia,  Mariano por excelencia, se llenaba de emoción y orgullo en esas Madrugadas que llegaba con sus atuendos de “guerrero”,  polerón y gorro y ese deseo de estar allí, era su mejor inicio de jornada temprana y nos demostró humildad, mucha capacidad de oración y en ese sentido  doblaba sus rodillas con generosidad y nos daba ese ejemplo de confianza  en la presencia del Señor en cada Eucaristía.

            Aprendimos mucho de Germán, era  auténtico,  expresaba lo que sentía con su rostro y serenidad. Estaba compungido, triste y adolorido con la muerte de su esposa, comenzó a bajar de peso, estaba muy afectado por la partida de Mónica  y  estuvimos acompañándole en esas circunstancias, cantando, orando y compartiendo la vida y la dolorosa despedida y  apoyándolo en la situación más dolorosa que pueda vivir un hombre.

            Hoy, hablando con los hijos, tratando de darles una palabra de aliento y decirles que  de verdad debían estar en paz por que el "chinito" o el "peladito" como le decían sus amigos más cercanos, definitivamente  estaba sufriendo emocionalmente por su enfermedad y  a pesar de querer vivir y querer salir  la voluntad del Señor marcó otro camino recibiendo ellos con resignación  ese designio del Padre Celestial.

            Gracias, muchas gracias a todos los que pudieron asistir, pero también gracias a todos los que rezaron siempre en nuestras cadenas de oraciones,  a Dagoberto que en los peores momentos de la salud quebrantada de Germán, lo traía en su vehículo a rezar en tardes interminables al Santuario. Gracias Dagoberto por ser el amigo sincero y leal, que estuvo también muchas tardes rezando en la casa del enfermo, a su lado y en  las oraciones  en el Santuario, en esas horas quietas que casi siempre está vacío, pero que se llenaba de esperanzas y  vivían momentos de tanta intimidad con la Madre del Señor y su amado hijo  a través de la resignada y piadosa oración.

            Germán estuvo siempre apegado a la Madre María, como esa madre que ama a sus hijos y  entregado humildemente  a la santa voluntad de Dios.

            En su última fotografía que nos enviara su hija,  se veía demacrado, triste. Le envié, a nombre de todos nosotros, un mensaje de ¡¡Animo Germán!!, te necesitamos. Él lo leyó y sonrió pero la hija contestó por él y nos dijo a todos ¡¡GRACIAS”” porque sabía que estábamos allí junto al Señor y a sus ilusiones de seguir la vida.

             Anoche  tuvimos una pequeña, simple pero significativa liturgia, teníamos poco tiempo, venia el sacerdote a oficiar un acto espiritual importante, pero allí estuvimos un grupo de hombres solidarios, representando a todo el Grupo de Madrugadores, cantando y  partimos nuestro homenaje con lo que nos une cada 15 días el “Himno de los Madrugadores”, y en sencillas palabras, Carlitos Flores, Pedro Osses y el canto mágico de Alex y su hijo y quienes les hicimos compañía, nos  dimos un gran abrazo de paz,  en torno a Germán, lo que unió  a la familia y rompió ese hielo natural  que se produce en estas dolorosas circunstancias en que es necesario inyectar la fe del Señor  en medio del dolor.

            Cuando ustedes se fueron,  quedamos allí y mucha gente quiso expresar lo hermoso de ese momento vivido que fue de todos nosotros como regalo a nuestro querido Germán, sus hijos, Germán y Carla,  expresaron su gratitud  y sus palabras y  llanto fueron de congoja pero también de alegrías.

             Hoy fue la Misa final de despedida.

            No puedo dejar de nombrar la dedicación y entrega del Sacerdote, que sembró de pétalos de flores la entrada del templo, en ese pasillo que va hacia el altar y nos hizo vivir una ceremonia Litúrgica llena de signos y gestos de amor que son dignos de rescatar.

            Algún Madrugador se vio acompañado de su esposa, David y Gabriela,  y eso nos obliga también a entender que si bien nuestras Madrugadas son exclusivas de varones, nuestras esposas se involucran pues saben que estamos allí bajo el alero de María creciendo, entregando, sufriendo y apoyando y siendo humildes y serviciales como José,  ese padre adoptivo de Jesús que nos regaló esa entereza de hombres de bien.

            Nunca dejemos de ser constantes como Germán, que en los días de Semana Santa del año pasado, venía  entusiasmado después de su jornada laboral,  y  traía de regalo cancioneros para que pudiéramos orar cantando en esos trayectos propios del “Vía Crucis” apoyando  y mostrando las letras y cantando a nuestro  lado con mucha fuerza y afinación.

            Era comprometido con la acción de Madrugador servicial y generoso. En su comunidad las señoras y varones comentaban su  alegría de ir a misa con polerón de Madrugador los domingos.

             Cuántas veces nos leyó las lecturas bíblicas. Cuántas veces estuvo transportando la Madre del Señor en esas procesiones del Santuario. Tenía esa sonrisa oculta, quizás su mirada le daba ese carisma de esta siempre en paz, y aprendimos de él su servicio y su  capacidad espiritual de sentirse   muy comprometido en la Eucaristía. Se inclinaba y rezaba y sentía la presencia del Señor en su corazón, cosa que no a todos nos ocurre, pues él era hombre de fe y entrega absoluta.

            Aprendamos de Germán él fue una buena persona.

             Gracias Germán, pero también gracias a Dagoberto, Pedro, Carlitos, los “Luis”, Juan, David,  y todos los que estuvieron y están. Gracias  a los que siempre en el silencio, por temas de trabajo no pueden estar presentes pero se esfuerzan, rezan y aportan  anónimamente para representar, en una humilde corona, todo nuestro cariño al hermano que se ha ido.

            Muchas gracias.

            Mañana es el último día de este año 2023, comienza toda una nueva etapa, nuevos desafíos, nuevos sueños, nuevas posibilidades y también  será, al amanecer del día 1, el primer día del resto de nuestras vidas, y no sabemos qué nos depara el Señor en sus insondables caminos.

             Germán y familia,  les estrechan en un abrazo de gratitud  por su generosidad.

            Gracias amigo  por haber sido un hombre de bien, que también peregrinó con la Madre a su hogar en medio de muchas dificultades. Gracias por haber sido un hombre de bien que nos amó, que dio también todo su ser por ese lugar santo del Santuario donde tratamos de vivir nuestra fe pese a nuestras debilidades humanas, y muchas gracias a todos ustedes por su compromiso y lealtad.

            Descansa en Paz estimado hermano Madrugador y te recordaremos siempre.

            Tus hermanos “Madrugadores”

 

            Antofagasta, 30 de Diciembre de 2023.

 













CUMPLEAÑOS DE "PAMPINO"

 



CUMPLEAÑOS DE “PAMPINO”

            En mi vida de infancia pampina, no fui a muchas celebraciones de cumpleaños de pampinos, pocas veces me invitaron, pero eran celebraciones seguras, con “challa” y  gran alegría  en  nuestros barrios o “corridas”.

             En lo que respecta a nosotros, la “numerosa” familia de los “Hermanos Garcia”, debo reconocer que no tengo memoria que nos hayan celebrado un cumpleaños en casa; éramos demasiados hermanos y a veces el “suple” de la quincena del PAY ROLL 15833, que era el de mi padre, parece que no alcanzaba a cubrir las necesidades del festejo.

            No tengo tristezas por eso ni resentimientos, es parte de lo feliz de mi vida.

            Lo que sí  me ocurre a mis sesenta y tantos de hoy, es que  no me entusiasma el cumpleaños, no me preocupa  que haya o no haya, porque entre haber y no haber, lo nuestro como familia siempre estuvo en el límite del “NO HABER”, y sumado a ello,  la mala fecha que se le ocurrió a mi madre tenerme en ese hospital de María Elena, en esos días posteriores a la navidad, al mediodía del 28 de Diciembre, (ya ni me acuerdo el año), fue todo un gran acontecimiento al que llamaron “una mala broma” del “Día de Inocentes”.       

            Estaba, en cuanto a fechas, muy cercano, por no decir casi en la esquinita de la recién pasada  navidad el cumpleaños, así que mi madre, con su bondadosa sonrisa y su claridad de mamita buena, cada Navidad me decía: “Hijo, le debemos el regalo, pero no se preocupe, le llegará con el del “cumpleaños”, lo que aumentaba mis ansiosas expectativas de “doble regalo y celebración” y creaba en mi esa agitación natural de pensar  qué o cual sería “mi” regalo.

            Así que, en mérito de las circunstancias, nos conformábamos obligadamente con un regalo “común” entre todos, aunque a mis hermanas les regalaran muñecas plásticas o de goma, para apaciguar mis intereses y hacer una pequeña diferencia y ejercer mi condición de varón en medio de esas tantas hermanas mujeres, me sorprendía mi mamá con sus “sorpresas navideñas”.

            Esa mañana de un 25 de Diciembre, me pasó un simple tarro de leche “Nido”, pintado de rojo, con una caja de “Mentolathum” soldada con estaño en su  cubierta superior, a modo de tapa de estanque. Y así no más, sin gran protocolo ni color,  fue ese mi regalo. Sin camión, ni ruedas, ni menos montada en un chassis a modo de camioneta, ni menos papel de regalo, pero si con una llave  tipo grifo soldada a su estructura con una salida de un tubo con orificios que asemejaba esos grandes camiones de regadío que nos regaban la calle Luis Acevedo siempre llena de polvo por la cercanía de “Los Molinos”, pero que fueron para mí, el mejor de mis regalos y mi mejor sueño.

            Anduve sudoroso sacando agua de la artesa, llenado el tarro y abriendo el grifo y cuando se me terminaba el agua y volvía a  iniciar la tarea, ya estaba todo seco. No sé cuántos viajes habré realizado, pero cuando volvía a llevar el tanque de leche “Nido” pintado de rojo con tapa de caja metálica de Mentolathum y abrir regocijado de alegría la llave tipo grifo, para comprobar que caía el agua “chorreando” hermosa como perlitas en hilera hacia la tierra, al reiniciar mis carreras  de regadío, cuando volvía, estaba nuevamente todo seco.

            Debo ser agradecido también. Varias navidades  pampinas de mi vida,  la dulce y trabajadora Señora Raquel del Rancho “Chuqui”,  nuestra amada vecina, me regalaba una toalla y un “ENTRE PIERNAS” para ir a la piscina en las tardes del verano. Ella era muy generosa y  yo ansiaba ese regalo pues era el único que en verdad recibía. Alguna que otra vez un abuelo, que no era mi abuelo, pero que amábamos como abuelo, Don Eduardo Muñoz, llegaba con una camiseta del Colo Colo, unas medias  y una pelota de fútbol que era  el furor de las “pichangas” del barrio y que moría reventada entre las “guerras” a penales,   clavada a veces por los fierros  afilados de los metálicos ventanales. Zapatos de fútbol con puentes de suela, eran muy difícil adquirir y alguna vez mi padre hizo un esfuerzo económico gigante, pagando en la Asociación Social y Deportiva alguna adquisición que le descontaban en varios meses  y que le aminoraban sus escuálidos ingresos.

            El cumpleaños, no lo recuerdo. Lo que sí puedo decir que mi hermana mayor alguna vez, le celebraron. Pero eran toda una odisea, se preparaba esa fiesta “Malón”, como con dos meses de anticipación. Había que hacer unos conos de cartón, pegarles papel crepé con   chasquillas de papel y  botones del mismo material para distinguir  gorros de payasos para varones  o  gorritos más finos para las damas.

            Era un trabajo abnegado de muchas madres, que se esmeraban por esos detalles, los que incluían guirnaldas de papel volantín, pegadas con engrudo, y que les cortaban con tijeras cuadrados y bizcochos, pegados a una cuerda larga de cáñamo y afirmada en los clavos permanentes que quedaban en las molduras de las “Salas” o de los comedores para todas las celebraciones de cada año. No sé cómo entraban tantos niños a esas fiestas de nuestras pequeñas casas, y era  tradicional la foto final que después, con suerte o por simpatía del amigo de las fotos, podrían hasta salir en la “Revista Pampa” y  todos lucían sus mejores trajes, las niñas con trajes de  “organza”, y los varones de pantalones cortos con suspensores  o largos bien aplanchados y casi siempre muy sonrientes.

            El comestible era otra historia.¡¡Sorpresas!!  hechas en tubos de cartón de papel confort, (recolectados en las casas de los vecinos del barrio), con dulces de goma, un par de calugas y algunas  galletas, todo  envuelto con el infaltable papel CREPÉ y sellado con cinta, y  como no habían platos  plásticos ni de cartón, le dábamos a los pocos platos y  bandejas prestadas por las vecinas. Nos “salvaban” las  infaltables y típicas servilletas. A veces, hasta con ese papel delgado de la Pulpería se hacían unos “Cambuchitos” ornamentados con cintas y resultaban muy elegantes dentro de la amada pobreza.

            Los infaltables “Canapés” de huevo mezclado con mayonesa natural, con una  sonrisa de aceituna en el centro o un colorido “cuadradito” de zanahoria o de “morrón “, que nadie se comía. Los queques individuales, las galletas horneadas en casa, los pancitos con mayonesa y paté de tarro de ternera y tantos inventos de nuestras madres.

            El infaltable bizcochuelo que se transformaban en ricas tortas de manjar, cubiertas con ese batido de clara de huevo y azúcar y esas perlas brillantes esparcidas y ordenadas en la cubierta principal, las que muchas veces sacaron de raíces nuestras propias muelas,  parecían bolitas de acero de rodamientos, pero eran dulces y  las caries se rendían ante la dulzura de sus brillosas esferas….

            Dulces y pastillas “Ambrosoli”,  Gomitas, unos caramelos como “huevitos” con almendras en el interior, y los vasos de Orange Crush,  en esas botellas que servían para rascarles el lomo con tenedor y llevar el ritmo de las cumbias o rancheras, un “ponche” de bebidas con un poco de vinito blanco para los adultos, con  trocitos de  duraznos naturales o en conserva, o esas limonadas naturales  llenas de azúcares y enfriadas en las viejas hieleras.

            Mi mamá tenía la mala costumbre de mandarnos en fila india a los cumpleaños del barrio, como quién nos enviaba a los leones. Si no tenía para celebrar  nuestros cumpleaños,  menos tenía para llevar el tradicional regalo al festejado.

            A veces la larga fila de los “hermanitos Garcia” parecían esas filas que se presentaban en el inicio de las funciones del circo. Mi valiente y tímida “hermana mayor”, Ana María, que se moría sonrojada de vergüenza, partía a la cabeza de la gran columna a la casa de la Jenny Vera a celebrar su cumpleaños y al parecer los comensales  se miraban y decían entre diente: (-Viene llegando  el “Circo” Garcia), y se paraba la festejada en la puerta de la entrada para recibir más que el saludo “su” regalo, y entonces mi hermana  le decía a la madre de le enfiestada: “Dijo mi mamá que le “debía” el regalito”, y ya entonces la fila india se posesionaba de los pocos asientos disponibles y ya lueguito nos quitaban las tazas del chocolate o los platos con las golosinas y nos mandaban llenos de sonrisas a  “jugar” a la “Sala” para darle paso a otros amiguitos invitados. (Entre paréntesis y “literalmente” el “deber” el regalo a quienes nos invitaban, nunca lo pagamos, aun lo debemos, y eso de que mi mamá me decía:  “Hijo, le debemos el regalo de Navidad, pero no se preocupe, le llegará con el del “cumpleaños”,  nunca llegaba a tiempo, por inconvenientes del desgraciado “Viejo Pascuero”.  

            Casi siempre durábamos muy poco en esos cumpleaños del barrio. Prueba de ello es que nunca salimos en alguna celebración de cumpleaños en las tantas Revistas “Pampa” o en las páginas de “Nuestros Niños”. Así que   ya en el futuro, sencillamente no nos invitaban, se ahorraban las tarjetas y la espera de los regalos. Se comprende  y se entiende que éramos muchos, aunque a veces nos  permitían mirar hacia las fiestas por las enrejadas ventanas de las casas de la pampa.

            La “clave” era echarnos de la fiesta “antes” de la aparición de la torta. Quizás por ello conservamos aun buenas algunas de las pocas piezas que van quedando en nuestras dentaduras naturales, evitando la quebrazón de muelas con las perlas brillantes como esferas que adornaban esos pasteles redondos pintados con  crema blanca de clara y azúcar, y llenas de rodamientos casi metálicos de bolitas abrillantadas, que nos regalaron caries y momentos dulces en nuestra amada pampa salitrera.…

            Les agradezco de corazón su lectura.

            Sí, es verdad. Mañana 28, o ya a casi luego como buena “broma” del día, estoy de cumpleaños, son 69, un número medio confuso o malicioso a estas “alturas del partido”. Lo bueno que ya el 1° de Enero, cambia la figura y entro a las siete décadas,  y  como ya no tengo ni ganas de celebrar, ni puedo pasar los dulces o las  tortas, haré una locura de pobre pampino bien nacido y me iré a tomar una vaso de tecito y comerme un “sandwich de pescado”  en la “Caleta” de pescadores de Antofagasta, para celebrar como pampino este nuevo cumpleaños que Dios me ha regalado y que me he permitido compartir con ustedes en esta extensa y latosa nota de cumpleaños de pampino.





 


           

lunes, 25 de diciembre de 2023

Misa 25 de Diciembre 2023

 


En el Santuario  "Cenáculo Puerta del Cielo", se realizó el día de hoy Lunes 25 de Diciembre de 2023, la Misa de Inicio de la Octava de Pascua,  oficiada por el Asesor de la Familia de Schoenstatt de Antofagasta, Padre Roberto Navarro.















 




NUNCA SE SABE......


 NUNCA SE SABE……

 “Permanezcan con las velas encendidas”.

 Quizás la vida de cada cual,  ha sido llevada por la aceleración de un mundo que mantiene un giro constante y  sin agitación,  que nos lleva con los pies en la tierra girando alrededor del sol, y  no nos damos cuenta que esa velocidad constante y eterna da sentido de ritmo  a la vida y nos recuerda el refranero popular que: “No por madrugar, el sol sale más temprano”, pues todo el ritmo  es constante y  acompasado y obedece a ese sano equilibrio de la naturaleza.

 Pero estos días  son de bullicio, de violencia innecesaria, de  raudas carreras de automovilistas y peatones que,   contagiados por la aceleración creada por su “propio ritmo” del  día, y que no tomaron las medidas de los tiempos  en el propio tiempo disponible, corren, corren y corren, sin saber a donde van, con la única meta de conseguir, de adquirir de  tener, y se torna el día agitado,   lleno de dificultades,  complicado, pues no alcanza el tiempo, y sin embargo la vida sigue su curso en su mismo ritmo y nosotros   aceleramos los tiempos para alcanzar a  hacer todo lo que debimos hacer o todo lo que queremos realizar….

 Hay que ser como la naturaleza y tomarse el tiempo en forma ordenada,  así como eso de que “cada día tiene su propio afán”,  no debemos afanarnos innecesariamente por estas realidades temporales.

 Estos días son de excesivo estrés, de salir, de no comer, de “hacer algo rapidito”, de comprar la colación  lista en la esquina, o comerse un pan y una bebida, y seguir la carrera de los mil metros que nos llevan a la gran "meta" de la nada.

 Tomemos las cosas con calma, con alegría, con responsabilidad y  con paz interior, que sean nuestros ojos para ver la belleza de los días,  las casas adornadas de la noche con sus luces mágicas, o esos rincones oscuros donde nada muestran hacia el exterior, pero adentro están llenos de luz y de amor de familia.  Esos tiempos son los que más importan. Si no hay mucha abundancia en  medio de lo que tenemos, tomar la decisión de ser humildes, de  seguir el ritmo también normal de la vida, sin acelerar los tiempos, “el que apurado vive, apurado muere”. 

 No quita que tengamos ese espíritu natural de la navidad que nos hace bien a  todos, queremos ser buenos por un día, pero entender que no podemos con todo,  quisiéramos hacer tanto con tan poco,  soñamos con dar mucho  a nuestros seres amados, pero a veces la “chauchera”, no tiene mayor elasticidad y no nos permite contar con lo básico (aunque algunos no les alcance ni para eso), y  entonces en vez de frustrarnos y  no cumplir nuestros sueños, debemos dar gracias a Dios, por eso otro  que queda olvidado en los escritorios, la alegría de la salud, de la vida, del tener vecinos buenos, amigos que nos quieren,  y personas de bien que aún así, en medio de  tanta agitación, se detienen para preguntarte: ¿Cómo va la vida?.

 Esta es la oportunidad única que tenemos para decirnos que nos queremos, expresarnos nuestros sentimientos a través de abrazos, de palabras, de entender que la vida comienza con la venida del Señor nacido en la pobreza y la humildad de Belén,  acompañado de las estrellas, de los animales del establo con olor a estiércol y del cariño de  María y de José , que son el gran amor y el gran cariño que nos regalaron como ejemplo para nuestro propio existir.

 Seamos empáticos con los que nada tienen y  extendamos nuestra mano generosa “hasta que duela”, para sentir esa paz interior  que produce el hacer el bien y busquemos entonces la gran luz, la única,  la verdadera que iluminará con el lucero de la noche  la figura del hombre bueno, del que dio la vida por nosotros, el que  en la cruz pidió perdón por que “no saben lo que hacen", y que nos trajo la mayor riqueza de la vida que es el amor por excelencia, amor que debemos dar y entregar a  todos quienes nos rodean, y en medio del dar amor, perdonar a todos los que algún daño nos hicieron o  se negaron a tendernos la mano cuando necesitamos de su apoyo, de un  poquito de sus esfuerzos y quedamos solos  en medio de la nada, pues a veces el orgullo puede más que   la sencillez de servir y las vanidades humanas nos hacen creer que somos únicos e irremplazables, pero  la vida nos enseña que hoy estás y mañana ya nadie de ti se acuerda, excepto de tus obras de bien, de tu amor,  de tus valores, esos mismos que aprendimos en el catecismo de niños en la capilla o la parroquia cuando niños,  o en esas tardes  de oración, mirando  caer la noche con sus cofres de  perlas brillantes que se derramaban en esos cielos de los lugares donde cada cual recuerda la infancia de su vida.

 Pidamos al Dios generoso de la vida que nos regale hoy un nuevo día de paz, de vida, de aire para respirar, de paz para  apreciar la  belleza del mundo, de la tan manipulada libertad que muchos desean a veces oprimir y comprimir, y que sea nuestra generosidad volcada sin medida con los que más necesitan, y reciban de nuestra actitud nuestra mayor riqueza de entrega del verdadero y único amor que Cristo nos enseña en su Evangelio en los difíciles caminos de la vida.

 Nunca se sabe si mañana nos toca la partida, nunca debemos olvidar que tenemos fecha de vencimiento. Nunca se sabe si será hoy el último día de la vida y  por eso hay que mantener las velas encendidas, la hora llega cuando menos lo pensamos.

 A Él sea por siempre el Honor y la Gloria por los siglos de los siglos…

 Amén….


Misa de Navidad año 2023 día Domingo 24 de Diciembre 20 hrs. Santuario Puerta del Cielo de Antofagasta. (Carlitos Flores, Luis Núñez,  Pedrito Osses, Boris Osorio y Carlos Garcia (Charly)



Pedro Osses, Carlitos Flores y Luis Núñez....



IMÁGENES DE LA MISA DE NOCHEBUENA DEL 24. DIC. 2023. OFICIADA POR EL PADRE ROBERTO NAVARRO.